La imagen del Estado moderno: del gran hombre a lo sublime y lo monstruoso
Resumen
Prolongando los trabajos de Horst Bredekamp y de Quentin Skinner, la hipótesis que pretendo defender aquí consiste en demostrar que si el célebre frontispicio que adorna el Leviatán, obra mayor del pensamiento de Hobbes, hace de la figura del Leviatán el sustento estructurante de nuestra iconografía política; este doble éxito de Hobbes, a la vez teórico e iconográfico, amerita una explicación. En efecto, existe una razón de peso por la cual el autor no pudo limitarse a la sola expresión conceptual escrita: la filosofía política no puede limitarse al discurso demostrativo, ella requiere también de la retórica literaria y visual debido a la naturaleza intersubjetiva de lo político. En consecuencia, nuestra visión del Estado se juega también en la historia de su representación iconográfica. Para discutir y confrontar esta hipótesis se identifican y se comparan dos momentos de la historia de la recepción de la figura del Leviatán: en la Crítica del juicio de Kant y en la obra del pintor español Francisco de Goya.Descargas
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