La disolución de la obra de arte

Resumen

El llamado arte de vanguardia realizó un cuestionamiento radical del concepto tradicional de arte, en particular, del concepto de obra de arte, de las relaciones de ésta con la verdad, de la institución del “arte” concebida como una esfera separada y destacada del mundo de la vida, del sentido en que debía entenderse la autonomía del arte, etc. Se ha hablado en este sentido de la disolución de las fronteras entre el arte y la realidad, entre el arte y la vida, entre la ficción y la praxis, de una “estetización de la realidad” (Wellershoff), de una “estetización del mundo de la vida” (Schulze). Una de las consecuencias extremas de esta ruptura radica en “hacer de la obra de arte un lugar vacío, un mero horizonte de expectativas”. Sin embargo, se advierte hoy que el arte surgido con posterioridad al arte de vanguardia de la primera mitad de este siglo ha restaurado y ampliado la categoría de obra de arte. La reflexón estética se ve así en la necesidad de reintroducir un concepto ampliado no solamente de la obra de arte, sino del fenómeno estético en su conjunto en el que se sitúe la producción, la crítica y la recepción, la obra de arte y la experiencia estética, el arte y el mundo de la vida en su diferencia y, a la vez, en el juego de sus relaciones recíprocas.