El conflicto entre fenomenología y hermenéutica en El origen de la obra de arte de Martin Heidegger
Resumen
Aunque es cierto que ya desde la publicación de El ser y el tiempo Heidegger había mostrado una abierta hostilidad al pensamiento de Hegel, a quien consideraba un mero continuador de la tradición metafísica iniciada con Platón y Aristóteles, y a quien ubicaría más tarde, en su libro sobre Nietzsche, como representante de una metafísica incondicionada de la subjetividad, el famoso ensayo sobre El origen de la obra de arte (1936) contiene no sólo una mención positiva de la estética hegeliana sino una inflexión que indicaría que Heidegger se acoge en el corazón de su ensayo a un par de nociones trabajadas por Hegel en sus Lecciones sobre la estética, relacionadas ambas con la objetividad de la obra: primero, la auténtica originalidad de la obra de arte reside tan sólo, en la racionalidad del contenido en sí mismo verdadero que coincide con la razón objetiva.; y segundo, incluso la subjetividad del artista, en la medida que es verdaderamente artista, o en que es verdadera subjetividad, estaría obligada a trascender todo particularismo para quedar animada por esta imperiosa racionalidad del contenido en sí mismo verdadero. Está claro que lo que Hegel subraya es la autosubsistencia de la obra, cuya racionalidad —y cuyo contenido de verdad, de modo concomitante— sólo se concibe si permanece libre de particularismos extraños.Descargas
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