El trasfondo espiritual de nuestros racionalismos. O sobre el preciso punto en el que difieren la modernidad más bien luterana y la genuinamente cartesiana
Resumen
Si a cierta doxa filosófico-ideológica en plena promoción le parece válido el caracterizar a todo Occidente como a esa civilización racionalista que arraiga en la revolución científica, filosófica y aun política que Descartes emblematizaría mejor que nadie, por poco que profundicemos en el análisis descubriremos que no hay uno, sino en todo caso dos racionalismos (el que en el fondo es más bien fideísta, y el que de verdad acepta a la razón), y que a este equívoco con respecto a la autocomprensión de lo que somos en tanto que civilización moderna le corresponde justamente un decisivo equívoco en la interpretación, y en la recuperación de la filosofía del Padre de la Modernidad.Descargas
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